Feliz búsqueda de la regularidad

Valencia 4-1 Lille

Decían Celades y Gayà en las cada vez más insípidas ruedas de prensa prepartido que este no era otra cosa sino una final, arengando a la hinchada a dejar de lado sus diferencias con la propiedad para centrarse en la animación, como si los primeros no hubieran puesto trabas suficientes a lo segundo. Y es que la supresión unilateral de la grada de animación va camino de quedarse en broma comparado con el perímetro de seguridad que, en connivencia con la Policía, se establece alrededor del autobús a su llegada; atrasando cada temporada más a unos aficionados que, siguiendo esta progresión, como no haya traslado temprano al paralizado coloso de Cortes Valencianas, acabarán recibiendo a sus jugadores desde el bar de Manolo el del Bombo con algún caballo de la Nacional 'marcando territorio' en la puerta al estilo animal.

El caso, metiéndonos en materia balompédica, es que los blanquinegros no entraron al verde como requería un partido del calibre que habían marcado su míster y su vicecapitán. Por tercer encuentro consecutivo, el Valencia se vio obligado a hacer frente a un resultado adverso y, si bien volvió a salir exitoso del brete, es sin duda una de las asignaturas pendientes de los ches a la llegada de uno de los tramos claves de la competición. El cambio de estilo con Celades, que suma el balón jugado desde atrás y las líneas más altas que en el libreto marceliniano, habrá de acostumbrar a la grada a que Garay y Gabriel Paulista, ayudados por Parejo, arriesguen mucho más de lo que tenían por costumbre en salida de balón. De hecho, el sistema recordó los viejos fantasmas de un capitán que necesita crear a una altura muy superior a los centrales para ganar en posibles direcciones de pase, permitiéndole fintar mejor con el cuerpo al marcador y minimizar un potencial error que, con la pareja de centrales a su altura en el centro del campo, puede ser letal como en el gol de Osimhen.

Otro de los problemas que tuvieron los valencianistas en los primeros compases del encuentro fue la poca producción de sus interiores titulares, con un Cheryshev muy desacertado y un Kang In fuera de sitio, aún en un escalón inferior en cuanto a físico que el resto de jugadores. Con el infortunio de la lesión del ruso en la primera mitad (el expreparador de la Selección Miñano va a haber de ponerse las pilas), salió al terreno de juego Ferran, que anoche cuajó uno de sus mejores encuentros con la blanquinegra. Al más puro estilo Vicente, fue una constante fuente de potencia, desborde y llegada en banda derecha que desarboló por completo el flanco defendido por Gabriel Magalhães y Bradaric. Además, Manu Vallejo, en sustitución del surcoreano, probó que está para algo más que para calentar banquillo; con la capacidad de trabajo de quien sabe que le va la vida en ello, una intensidad que fatiga al verla y un trato nada desacertado del balón.

Para redondear la reacción, el Valencia volvió a gozar del Kondogbia de la 17-18, un centrocampista de zancada imparable, físico privilegiado, gran visión de juego y mejor disparo; unos ingredientes que, en su pleno estado de forma, le convierten en titular indiscutible. Por su parte, Rodrigo y Maxi Gómez no mojaron, pero su relación con el juego fue indispensable para descargar contragolpes y organizar el ataque. Unas buenas sensaciones en general que lograron imponerse ante un inexperto Lille que, con Ikoné lesionado y tratando de resolver los problemas que está teniendo esta temporada mediante el cambio de sistema del 4-2-3-1 al 3-4-2-1, basó su argumentario en los milagros bajo palos del joven Maignan, mejor meta de la pasada Ligue 1, el genial despliegue físico del pretendido Boubacary Soumaré, la intermitente calidad de Yusuf Yazici y la endiablada zancada de Victor Osimhen, que revivió con su gol las pesadillas con Aubameyang y Lacazette la temporada pasada.

Ciertos tramos contra el Sevilla, la segunda parte de Cornellà y la última hora del envite de anoche son el cemento sobre el que el Valencia ha de edificar el resto de su temporada; en búsqueda de una regularidad que, con ese tipo de actuaciones, se hará mucho más dulce.

Kike Cervera |@kikecervera_

Fotos: superdeporte, Faro de Vigo, El Español

Kike Cervera | quicerto@gmail.com | Valencia
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